Siempre que aparece un ranking de los mejores pilotos de la historia de la Fórmula 1, el nombre de Ayrton Senna ocupa un lugar destacado en él o, dependiendo de quien lo elabore, incluso lo encabeza. El brasileño compitió en la categoría desde 1984 hasta 1994, y aunque 'solo' ganó tres títulos, sus vueltas magistrales, carisma y también las polémicas en las que se vio involucrado, hacen que sea recordado todavía hoy, 30 años después de su muerte, como uno de los más brillantes pilotos de todos los tiempos. El 21 de marzo de 1960 nació en Sao Paulo (Brasil) Ayrton Senna. Hijo de Milton da Silva y de Neyde Senna, su futuro no estaba destinado a ser piloto de carreras, sino a dedicarse a la empresa familiar, que llevaba a cabo actividades en la industria metalúrgica, de la construcción y más tarde del automóvil, como importador de la marca Audi para Brasil. Desde niño, Senna mostró su interés por el mundo del deporte (se dice que era muy bueno en gimnasia) y del motor. Su padre, Milton, que también era gran aficionado a las carreras, decidió darle la oportunidad de divertirse al volante de un pequeño kart construido por él mismo con el motor de una cortacésped. A modo de diversión, más tarde la permitieron competir en su Brasil natal. Con ayuda de un amigo de la familia, el mecánico segoviano Lucio Pascual Gascón (Tche), que también trabajaría con otros pilotos como Emerson Fittipaldi, Ayrton se fue abriendo paso de forma exitosa en el mundo del karting. Tche y Senna fueron inseparables en aquellos tiempos, y en muchas ocasiones Ayrton reconoció su labor. En 1977, ganó el campeonato sudamericano, y posteriormente fue dos veces subcampeón mundial. Habiendo demostrado su talento en el karting, el siguiente paso natural para Senna eran los monoplazas. La categoría de formación en esta disciplina por antonomasia es la Fórmula Ford, y es aquí donde Ayrton tuvo que tomar las decisiones más importantes de su carrera: irse a Inglaterra para dedicarse en cuerpo y alma al automovilismo, o quedarse en Brasil como le pedía su familia. Senna hizo las maletas y se fue a Inglaterra recién casado con Lilian de Vasconcelos, a quien conocía desde la infancia. Ayrton ganó la Formula Ford 1600 en 1981 y al término de la temporada, decidió volver a Brasil porque era lo que quería su padre, con el objetivo de que se retirara y se dedicara a la empresa familiar, como haría su hermano Leonardo. También lo pedía su esposa, que no se había adaptado a la vida en Reino Unido. Su matrimonio apenas duró un año. "Su prioridad y pasión eran las carreras. No había nada más importante para él, ni su familia ni su esposa", diría más adelante Lilian, exitosa diseñadora de interiores que siguió manteniendo contacto con los Senna durante muchos años. En 1982, tras meditarlo en su país natal, Senna aceptó una oferta para ascender a la Fórmula Ford 2000 con un nuevo patrocinador. Ganó la categoría, con 15 de 17 victorias posibles, y el automovilismo británico ya hablaba de él. En 1983, dio el salto a la icónica Fórmula 3 británica, donde también se alzó con el campeonato tras una intensa batalla con Martin Brundle. La F1 debía ser su siguiente paso. Ayrton Senna, el maestro de la lluviaDespués de su victoria en la Fórmula 3 británica, Senna tenía claro que quería competir contra los mejores en la Fórmula 1. Antes de firmar su primer contrato, el brasileño tuvo la oportunidad de probar para equipos como McLaren, Brabham, Williams y Toleman, y también tocó a las puertas de Lotus. Sin embargo, no apareció ninguna oferta entre los equipos con opciones de victoria, que era lo que quería él. De hecho, en Lotus prefirieron continuar con un británico como Nigel Mansell, en Brabham se dijo que Nelson Piquet no quería compartir equipo con Senna (le veía como gran rival para su popularidad en Brasil), y tanto en Williams como en McLaren preferían a pilotos líderes ya establecidos, como Keke Rosberg o Alain Prost. Así pues, quien se hizo con los servicios de Senna fue Toleman, uno de los más modestos de la parrilla. Sin embargo, eso no fue problema para Senna, que en esta Fórmula 1 tan exigente para los pilotos y con una mecánica frágil, logró sobresalir en condiciones donde la pericia humana es clave para conquistar un gran resultado. Para el recuerdo queda su exhibición en el GP de Mónaco de 1984, donde el brasileño salió decimotercero y acabó segundo bajo una lluvia torrencial. Estuvo a punto de ganar la carrera, y hay quien cree que lo habría hecho de no ser suspendida la prueba con bandera roja por las condiciones. Aquel mismo año, Ayrton lograría otros dos podios, en el GP de Brasil y de Portugal, demostrando que su ritmo estaba muy por encima del monoplaza. La oferta de un equipo más fuerte no tardó en llegar: Lotus lo fichó para 1985. En la escudería británica, Senna se confirmó como un piloto de futuro. Aunque el coche era rápido, también era poco fiable, lo que llevó al brasileño y a su compañero - Elio de Angelis - a perder buenos resultados. Ayrton lograría su primera pole y victoria en la F1 en el segundo gran premio de la temporada, en el GP de Portugal. De nuevo brilló bajo la lluvia, esta vez dominando de principio a fin. Senna también ganaría el GP de Bélgica de aquel año, pero los problemas de fiabilidad le llevaron a retirarse en carreras donde tuvo la oportunidad de liderar, como Imola, Mónaco, Gran Bretaña, Alemania... En 1986, aunque Senna logró también dos victorias y pisó de forma regular el podio, no superó el cuarto puesto en el campeonato. Se empezaba a impacientar por no tener opciones de lograr el título. La firma de Lotus con Honda como proveedor de motores para 1987, supuso el inicio de la exitosa y longeva relación de Ayrton Senna con la marca japonesa. Sin embargo, no sería en el equipo de Norfolk donde esta daría sus mejores frutos, ya que tampoco aquel año tuvo opciones de conseguir más que dos victorias (una de ellas, la primera de seis en Mónaco), aunque eso sí, acabaría tercero en el campeonato. Senna se une a McLaren, de la batalla con Prost a tricampeón mundialSenna quería disponer de las herramientas necesarias para luchar por el mundial. Sabía que necesitaba un mejor coche, un mejor equipo y el mejor motor disponible en la parrilla, Honda, el cual ya conocía de Lotus y había aupado al título a Williams. Para 1988, la marca japonesa propulsaría los coches de McLaren, y Senna no dudó que ese debía ser su próximo destino. El brasileño sabía que triunfar allí no sería tarea sencilla, ya que se unía al bicampeón Alain Prost. Sin embargo, el respaldo de Honda y la buena sintonía con Ron Dennis, igualaron a ambos corredores en lo que en teoría era el papel de primer piloto para esa primera temporada. Ayrton ganó la primera batalla y se alzó con el título de 1988 con ocho victorias y tres puntos de ventaja sobre Prost. En la siguiente temporada se desató la guerra. Al parecer, fue en el Gran Premio de San Marino, donde Prost alegó que Ayrton se había saltado un acuerdo entre los pilotos según el cual no se adelantarían tras la primera curva de la carrera. Senna lo hizo tras una resalida. Posteriormente, la historia se filtró a los medios franceses, y la polémica estalló. El curso de 1989 estuvo verdaderamente igualado hasta la fase final. Senna y Prost se jugaron el título en el Gran Premio de Japón, donde Ayrton necesitaba ganar para mantenerse en la batalla por el campeonato. Alain salió mejor en aquella cita, a pesar de que Senna tenía la pole, y lideró hasta que en la vuelta 46 Ayrton trató de adelantarle en la chicane de Suzuka. El choque entre los dos dejó fuera de carrera a Alain, mientras que Senna, con el alerón delantero dañado, fue empujado para regresar a la trayectoria de carrera (saltándose la chicane). Tras una parada en boxes para montar un nuevo alerón, logró reducir la diferencia que tenía con Alessandro Nannini (líder) para adelantarlo y ganar la carrera. Senna iba a ser campeón, pero la FIA decidió descalificar al brasileño por cortar la chicane. Esto dio el título a Prost, en un año que significó el divorcio absoluto entre el francés y Senna. La FIA - con su presidente Jean-Marie Balestre a la cabeza - llegó a retirar la licencia a Ayrton por haber dicho que le habían descalificado a propósito para que ganara Alain. El brasileño amenazó con dejar la F1 e irse a competir en Estados Unidos, puesto que la FIA le exigía pedir disculpas por sus palabras. Pero con la intervención de Ron Dennis, el gran jefe de McLaren, el asunto se solucionó y para 1990 Senna pudo competir. Tendría como compañero a su buen amigo Gerhard Berger, después de que Alain Prost decidiera marcharse a Ferrari. Ahora el enemigo vestía de rojo, pero eso no impidió que volvieran a encontrarse en la misma tesitura ni mucho menos. De nuevo en Japón, Senna y Prost se jugaron el título de 1990. Sin embargo, esta vez, si Prost abandonaba, quedaría fuera de la batalla por el campeonato. Y eso es, precisamente, lo que pasó. Los dos pilotos volvieron a chocar, quedando el francés eliminado de la carrera en la primera curva. Ayrton se proclamó campeón mundial por segunda vez. Al año siguiente, en 1991, Senna dominó la temporada para alzarse con su tercer título mundial, después de conquistar siete victorias y cinco podios, con los que batió a Nigel Mansell por 24 puntos. Esta bonita historia de éxito se acabaría al término de este año, con el ascenso de Williams, y Ayrton comenzó a pensar en otra alternativa para su carrera deportiva. Tuvo al alcance de la mano tantos mundiales como Verstappen: te cuento la historia de Nigel Mansell, un ingeniero espacial con la fiebre de la velocidad El declive de McLaren y el fichaje por WilliamsLa temporada 1992 de Fórmula 1 estuvo dominada de principio a fin por Williams, que había introducido su famosa aerodinámica activa. Senna llegó a plantearse marcharse a la escudería de Grove en aquel tiempo, pero no lo hizo por petición expresa de Honda, con quien tenía una magnífica relación. El brasileño sabía que la marca había sido clave en su éxito, y no iba a decepcionarles. Ayrton ganó tres carreras aquel año y acabó cuarto en el campeonato, lejos de lo que un piloto como él esperaba. En 1993, Honda ya no propulsaba a McLaren, sino Ford, y Senna lo intentó todo para irse a Williams, e incluso se ofreció gratis para pilotar el mejor coche. Sin embargo, el equipo de Frank Williams fichó a Prost - que volvió de su retiro -, y este vetó a su excompañero. Mientras esperaba la oportunidad en Williams, Senna aceptó un contrato carrera a carrera con McLaren, por el que cobraría ni más ni menos que un millón de dólares cada vez que tomara la salida. Este año, Prost arrasó en el campeonato, y Ayrton fue subcampeón sin opciones de pelear por el título. Eso sí, nos brindó una de sus mejores carreras, bajo la lluvia de Donington, donde dio un recital para ganar la prueba, doblando a todos los participantes excepto al segundo. A mediados de octubre de 1993 se anunció la firma de Senna por Williams de cara a la fatídica temporada de 1994. Al despedirse de McLaren, en el GP de Australia, el brasileño ganó su última carrera en la Fórmula 1. En un bonito gesto, subió al primer puesto a su enemigo Prost, que había sido segundo: una suerte de reconciliación ahora que el francés se retiraba. El terrible GP de San Marino 1994A diferencia de su predecesor, el Williams FW16 con el que Ayrton Senna y Damon Hill competían en la temporada 1994 de Fórmula 1 no era un coche fácil de pilotar, después de la prohibición de la aerodinámica activa y el control de tracción. En medio de todos estos problemas surgió Benetton como gran favorito, con la nueva promesa, el alemán Michael Schumacher, al volante. Senna se vio obligado a retirarse en las tres primeras carreras de la temporada, a pesar de haber conquistado la pole position en todas ellas. Mientras tanto, Schumacher lo ganaba todo y se escapaba en la batalla por el campeonato, lo cual ponía presión sobre Senna, que se quejaba del comportamiento del Williams y de los problemas que le causaba: dada la posición de la columna de dirección, se golpeaba sus manos con el cockpit mientras conducía. El fin de semana de Imola, tercera carrera de la temporada, fue trágico. Durante los entrenamientos libres, Rubens Barrichello sufrió un fortísimo accidente que pudo costarle la vida, pero del que prácticamente salió ileso por fortuna. Después, el sábado, perdió la vida el austriaco Roland Ratzenberger al chocar en la curva Gilles Villeneuve. Se dijo que Senna, muy afectado por la pérdida de Ratenberger, no quería competir en el GP de Imola, algo que la organización debía haber considerado. Sin embargo, impulsados por las necesidades comerciales de la F1, el Gran Circo decidió seguir adelante y correr el domingo en homenaje al malogrado piloto. Ayrton salía desde la pole, con el objetivo de batir esta vez a Schumacher y empezar a reducir la diferencia de 20 puntos que el alemán tenía. En la salida de la carrera, un accidente de JJ Lehto y Pedro Lamy provocó la salida del coche de seguridad, que acababa de introducirse de forma permanente aquel año. Senna lideraba el pelotón hasta que en la vuelta siete, de una forma muy extraña, impactó con fuerza contra la curva de Tamburello. El piloto fue atendido en pista por su amigo Sid Watkins (durante décadas, médico de la F1), y fue trasladado al hospital de Bolonia (Italia), donde no se pudo hacer nada por salvar su vida. Al parecer, la rotura de la columna de dirección tuvo un papel importante en el accidente. Como explicó Adrian Newey, responsable del diseño de Williams entonces, antes de la carrera de Imola se redujo el diámetro de la columna de dirección en cuatro milímetros para evitar los golpes de los nudillos del piloto contra el cockpit. Nunca se probó que un fallo de este componente causara el posterior accidente fatal de Ayrton, pero sí que ha sido una de las principales hipótesis junto a un pinchazo en una de las ruedas o la pérdida del efecto suelo de un coche con numerosos problemas de diseño por una mala adaptación al nuevo reglamento. La muerte de Senna fue llorada en todo el mundo, pero sobre todo en Brasil, donde era considerado un ídolo local. Para la Fórmula 1 y la FIA, su accidente fue un duro aviso de la peligrosidad de la categoría reina del automovilismo. Desde entonces, se pusieron en marcha iniciativas para revisar las medidas de seguridad tanto en circuitos como en los coches para evitar que una tragedia así volviera a ocurrir. 30 años después, la figura de Senna sigue siendo recordada tanto por la Fórmula 1 como por la cultura general, hasta el punto de que hace tan solo unos meses se estrenó en Netflix una serie dedicada al histórico piloto brasileño. Del mismo modo, sigue habiendo en todos los circuitos puestos con merchandising de Senna e incluso automóviles (el McLaren Senna) dedicados a una de las mayores leyendas que han pasado por la F1. Conoce cómo trabajamos en Autobild. (责任编辑:) |